Donald Trump retomó este sábado la campaña electoral, exactamente una semana después del intento de asesinato que sufrió en un evento Pensilvania. Su regreso a la carrera por la presidencia se celebró con un evento político en Grand Rapids, en el estado de Michigan.
El candidato republicano estuvo acompañado por J.D. Vance, el senador elegido como potencial vicepresidente de los Estados Unidos. La actividad, en esta ocasión, se hizo en un polideportivo cerrado con capacidad para 12.000 personas, un lugar donde es posible controlar mejor la seguridad.
“No paran de decir que soy una amenaza para la democracia. ¿Qué demonios le he hecho yo a la democracia? La semana pasada recibí un balazo por la democracia”, aseguró el exmandatario al comienzo de su presentación.
Por otro lado, Joe Biden sigue recuperándose del COVID-19 en su residencia privada en Delaware, mientras los demócratas continúan presionando para que abandone la carrera por la reelección ante los distintos deslices que tuvo desde el debate presidencial, los cuales encendieron las alarmas sobre su capacidad cognitiva y salud física.
La condición del actual presidente de los Estados Unidos es utilizada como una estrategia de campaña del Partido Republicano, que utiliza los furcios como propaganda. Sin embargo, los expertos en política estadounidense señalan que el plan tendría que modificarse si Kamala Harris llegara a reemplazar a Biden.
Sin embargo, el eje de la campaña “no cambiará fundamentalmente”, aseveró Jason Miller, un consejero cercano a Trump, en diálogo con la AFP.
“Biden, Kamala Harris, u otro demócrata de la izquierda radical, son todos responsables de la destrucción de nuestra economía”, agregó Miller y destacó también lo que los republicanos consideran una “crisis” por la migración ilegal a través de la frontera con México.
Esos son los principales temas de discurso de Trump, quien sumó el intento de asesinato a su favor para reforzar su imagen. Además, tiene la ventaja de que se anuló el caso abierto en su contra por una presunta mala gestión de documentos clasificados tras abandonar la Casa Blanca en enero de 2021.
También obtuvo esta semana el apoyo de los líderes de su partido, incluyendo sus antiguos rivales en la interna, sin fisuras.
