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Catamarca festejó el aniversario de su autonomía en la emblemática confitería El Molino

27 Agosto de 2024 22.33

En un evento fuera de lo común, la muestra “Catamarca Simbólica – 203 años de Autonomía” fue presentada en la histórica confitería el Molino, que está gestionada por el Congreso de la Nación.
La muestra, impulsada por la diputada Silvana Ginocchio con el apoyo de la dirección de Cultura de la Cámara de Diputados, se exhibieron los ponchos ganadores de las últimas 12 ediciones del Festival Nacional e Internacional del Poncho y del proyecto OVOP de la Ruta del Telar, fotografías de diversos lugares catamarqueños -tomadas por artistas visuales locales-, mientras podían escucharse versiones de la zamba “Paisaje de Catamarca” participantes del concurso “Mil tonos de Verde”.
Entre las fotografías estuvo una muestra colectiva de la Cuesta del Portezuelo y la Hostería de Ancasti, y otras de la muestra digital “200 razones para conocer Catamarca” con paisajes de diversos lugares de nuestra provincia, Además, en videos se vieron referencias históricas a cargo de los historiadores Marcelo Gershani Oviedo y Alicia Moreno.
Se reunieron así “algunas de las tantas manifestaciones culturales que nos distinguen, la tradición textil donde el poncho es protagonista, la música y los paisajes emblemáticos”, dijo Ginocchio. “Como dice el himno catamarqueño, es tierra de figuras destacadas, de paisajes inspiradores, de poetas y artesanos, en cuyas manos florece 'ese poncho de ilusiones trabajado/que a toda nuestra patria ha cobijado´”, resaltó. En su discurso reivindicó la autonomía, el federalismo, y el crecimiento armónico del país.
Ginocchio agradeció especialmente a los ministerios provinciales de Trabajo y de Cultura, Deportes y Turismo por el aporte de los ponchos, propiedad del Gobierno provincial, que fueron uno de los grandes atractivos del evento.

autonomía de catamarca


Las fotografías no se quedaron atrás: los paisajes de la muestra fueron llenaron los ojos de los asistentes.
Entre los presentes en el acto hubo diputados nacionales, Anina Moscone -secretaria de la Casa de Catamarca en Buenos Aires- representantes de varias casas de provincias en Buenos Aires, miembros de la comunidad catamarqueña, funcionarios de la dirección de Cultura. Estuvo Julián Gutiérrez, el catamarqueño representante olímpico en París 2024. Durante el día se sucedieron visitas guiadas a la Confitería, de modo que centenares de personas pudieron disfrutar de la muestra.
También dijo presente Takashi Aoki De Jica, líder del Proyecto OVOP en Argentina. Este proyecto (One Village, One Product) nació en Japón en 1979. Su filosofía invita a las comunidades a trabajar colectivamente para potenciar un producto o servicio propio del territorio, considerando sus “tesoros locales”. El objetivo es generar desarrollo local a través de la participación, la inclusión social y la identificación cultural y territorial. En el caso de Catamarca, trabaja en la “Ruta del Telar”.
La artesana textil Liliana Saracho, en su alocución, explicó cómo es el camino para que obtener un poncho, desde la esquila de la vicuña, el hilado y la confección en el telar. También hablaron Tanya Schonals, secretaria de planificación de Ministerio de Trabajo, el director de artesanías, Gonzalo Cancino, y Ariel Pacheco, el artista visual curador de las fotografías de varios fotógrafos catamarqueños. La artista Leticia Aranda cantó vidalas, otro símbolo del sonido de Catamarca.
La histórica Confitería el Molino, inaugurada en 1916 frente al palacio del Congreso, fue un emblema de Buenos Aires. El edificio fue diseñado por el arquitecto ítalo-argentino Francisco Gianotti y es considerado un emblema del art noveau. El edificio se halla entre las más notables de su época por la calidad de los materiales empleados en su construcción, muchos de ellos importados. Se destacan los revestimientos de mármol de las columnas, pilastras y paneles del interior de los locales, de gran suntuosidad, así como algunas obras de arte traídas especialmente de Italia, que dan un carácter particularmente lujoso a sus salones.
En 1930, durante el golpe de Estado que derrocó al presidente Hipólito Irigoyen, la Confitería fue incendiada y reconstruida un año después. Desde entonces, pasó por distintas manos hasta que se produjo su primera quiebra, en 1978. Los nietos del fundador la recuperaron, pero finalmente en 1997 cerró sus puertas.
En 2014, el Congreso Nacional sancionó la ley 27.009 y se procedió a la expropiación de la Confitería del Molino. Desde 2018, el órgano legislativo, así como el Gobierno nacional y la Ciudad de Buenos Aires, iniciaron la restauración del inmueble que ahora está abierto a las visitas del público.