La llegada del primer vuelo que trajo a 244 argentinos repatriados desde Israel generó momentos muy emotivos. Especialmente el reencuentro entre los padres y los alumnos de un colegio que habían ido a Tel Aviv en plan de viaje de estudios y terminaron en zona de guerra.

“Fue una locura, nadie se esperaba pasar esto en un viaje escolar. Nadie se hubiera esperado nada de lo que pasó, ni la guerra, ni un avión militar, ni hacer escala en Roma, ni nada de las cosas locas que nos pasaron”, dijo una alumna ni bien aterrizó en el aeropuerto de Ezeiza el vuelo de Aerolíneas Argentinas proveniente del aeropuerto de Fiumicino, Roma.

El grupo de más de 100 alumnos estaba ubicado en Netania, una ciudad ubicada a 100 kilómetros al norte de Tel Aviv, relativamente lejos de la zona de guerra que se desarrolla -sobre todo- en el sur de Israel. Sin embargo, vivieron dos momentos de tensión en el que tuvieron que ingresar a un refugio de seguridad.

Otra estudiante contó cómo fueron esos dramáticos momentos: “La primera vez sonó algo en todo Israel, pero era una falsa alarma. La segunda sonó muy cerca y tuvimos que refugiarnos. En nuestra ciudad no pasó nada, por suerte”.

“Nos fijábamos si era cerca, a veces se escuchaba a la cúpula de hierro y al mínimo ruido que escuchamos tratábamos de buscar qué era lo que estaba pasando”, contó Sol sobre las situaciones en las que escuchaban los misiles del sistema de defensa israelí.

La misma alumna relató cómo fueron los días en los que estuvieron en zona de guerra y cómo lo vivieron los distintos alumnos: “Había algunos que se ponían muy mal y uno tenía que estar ahí y decirles que estábamos seguros, que solo había que esperar y contar los días para volver”.

“Siempre traté de sacarle lo positivo, que era muy difícil. Era algo que siempre estudiamos, pero que nunca vivimos, entonces ahora vivirlo en primera persona fue impactante. Fue una mezcla, había momentos de felicidad, de tristeza, de desesperación y de estrés. Siempre queríamos volver y estar lo más seguro posible”, añadió.

Sobre la comunicación con los padres, explicaron: “Fue una locura. Quizás era manejar más la locura que había acá, que la que había allá. Comunicarse con la familia, con los amigos, decir que está bien. Es complicado vivir una guerra lejos de tus papás y de tu familia”.

En paralelo, la madre de una de las alumnas que regresó esta mañana en el vuelo de Aerolíneas Argentinas contó cómo vivieron estos días: “No dormimos en toda la semana. Estábamos en comunicación constante entre todos los padres. Fue muy fuerte, hasta que no llegaron acá fue muy angustiante, era el minuto a minuto”.

Entre los 244 tripulantes del avión se encontraba una persona de 91 años que había viajado a Israel antes del día del perdón y dijo que quiere regresar. Sin embargo, admitió que lo más conveniente era viajar hasta Argentina para estar lo más segura posible.

El reencuentro de las familias con los repatriados se dio bajo un operativo especial en el que trabajó la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) Y hubo un despliegue de la unidad de operaciones especiales y el grupo K9 de perros. Los efectivos revisaron cada uno de los autos, bajaron los ocupantes, tomaron datos y recién pudieron acceder al estacionamiento para esperar la llegada de sus familiares.

El presidente de la AMIA, Amos Linetzky, y el canciller, Santiago Cafiero, brindaron una rueda de prensa luego del primer vuelo de repatriados. Allí, Linetzky le reclamó al gobierno argentino que declare como organización terrorista a Hamás y Cafiero se comprometió a avanzar en este sentido.