Aniversario de la Beatificación: con devoción los fieles recordaron a Esquiú
La Imagen peregrina de la Virgen del Valle acompañó los actos centrales en la Plaza de San José. El Obispo diocesano destacó los valores del ilustre fraile y llamó a vivir sus valores y virtudes. La celebración es parte de los actos de la Fiesta la Protección que culminan este sábado.

Se recordó este miércoles el 3° aniversario de la Beatificación de Fray Mamerto Esquiú. La fecha hace memoria el histórico momento que se vivió aquel 4 de septiembre del 2021 en la plaza de San José, en la misma Piedra Blanca que vio nacer al ilustre fraile franciscano y donde en esta jornada se dieron cita cientos de fieles y devotos. Allí se concentraron los actos que celebraron esta fecha, aunque previamente se vivió con emoción la caravana de traslado de la lmagen peregrina de la Virgen del Valle, la que partió a las 18 hs desde la Catedral Basílica.  

La Madre Morena fue recibida con emoción y con muestras de gran afecto y ya junto a la imagen de Beato Esquiú, que la esperaba acompañada por cadetes de la Policía de la Provincia y la del Señor del Milagro, se dio paso a la procesión alrededor de la plaza San José. Durante el recorrido por las calles del departamento, el pueblo acompañó el acto de fe, recordando lo vivido hace tres años. 

Minutos después de las 20:00 comenzó la celebración de la Misa Solemne presidida por el obispo diocesano, Mons. Luis Urbanč, y concelebrada por sacerdotes del clero catamarqueño, siendo esto acompañado por el pueblo devoto y la participación de autoridades civiles. 

Ser como el Beato 

Durante la homilía, el pastor diocesano destacó la vida y los valores del beato catamarqueño, poniendo en relieve el documental “Fray Mamerto Esquiú, ciudadano del cielo”, presentado este mismo miércoles en el Cine Teatro Catamarca, acotando “ojalá todos, a ejemplo del Beato Esquiú, nos dejemos llevar a Dios”. 

Seguidamente Urbanč señaló: “estamos invitados todos nosotros a que a ejemplo de Fray Mamerto seamos el rebaño de Dios” y agregó “él fue un pastor celoso y no quería que nadie se le escapara nadie. Los pobres, en primer lugar, estaban en su corazón, lo mismo que los que no lo conocían a Dios y los que le eran indiferentes. Se ocupó también de estar cerca de los que tenían compromisos cívicos, porque se daba cuenta que ellos necesitan mucho de Dios”. 

En la descripción de la entrega de Esquiú por su pueblo, destacó: “él dedicó horas, dolores y sufrimientos para poder cautivar, conquistar y llevar al corazón de Jesús a los gobernantes de su tiempo”. Seguidamente marcó que las familias también eran su preocupación, recordando que en el seno de la suya propia fue donde cultivó los altos valores que luego volcó en su vida sacerdotal al servicio de su comunidad y el pueblo que le fue dado, cuando le tocó ser Obispo.