La polémica en torno al incidente sucedido este martes en Escuela Primaria n° 224 “Pcia de Entre Ríos”, en Fiambalá, sigue sumando voces. Mientras desde el Ministerio de Educación se optó por el silencio, quienes sí salieron a marcar postura, es ATECA, gremio que mediante comunicado se preocupó en marcar que lo sucedido, sin mencionar en lo específico el caso o lo que habría hecho la directora, “ha expuesto a la institución a vulnerabilidades que eventualmente podrían afectar la matrícula, la organización institucional y el respeto hacia las autoridades”. 

El gremio que conduce Alejandra Reales seguidamente puntualiza que “no se utilizaron los recursos disponibles para encontrar una solución, y así resolver situaciones que se desarrollen en el ámbito escolar, mientras todos cumplen con sus funciones laborales”. De esta manera se vuelve a dejar en tela de juicio el proceder de la responsable de la escuela, quien en la reunión con los padres no negó haber llamado a la policía. 

En otro tramo del comunicado la entidad gremial que nuclea a la mayoría de los docentes de la provincia reafirma “su compromiso” con la docencia, refiriendo que estos “no están desamparados en su entorno laboral”. A continuación, se acota que “se entiende la importancia de manejar los conflictos internos de manera adecuada y queremos brindarles el apoyo para hacerlo”. Tras reiterar su ofrecimiento de asesoramiento para el manejo de conflictos internos, ATECA luego reflexiona: “defendemos los derechos de los docentes a trabajar en ámbitos seguros y dentro de un establecimiento educativo regido por una estructura que va desde el director hasta el mismo Ministerio de Educación, entendiendo que, hacia la comunidad, es necesario brindar seguridad sobre el buen funcionamiento de la institución a la cual asisten los hijos de estos vecinos”. 

En el final se remarcó la postura reflexiva "sobre la importancia de manejar los conflictos de manera adecuada”. 

El caso  

La desaparición del celular de una docente fue lo que desencadenó el incidente. Para poder dar con él, la directora llamó a los efectivos de la Comisaría de Fiambalá, hecho que fue confirmado por estos y la responsable de la institución. Según la versión de los padres, a los niños “se los interrogó” y eso fue lo que desató el escándalo.  

Luego se abren dos versiones más. Por un lado, la policía dice que solo dialogó con los docentes, mientras que la responsable de la escuela le reconoció a los padres, en la reunión que mantuvo con ellos al día siguiente, que hubo una consulta de curso por curso por curso por si alguno de ellos había visto entrar a alguien, que podría ser el que sustrajo el celular, y que si veían dicho aparato, que lo devolvieran.