Pueden ser una guarnición gourmet o, incluso, un primer plato, porque se trata de una receta que combina ingredientes nutritivos y que llenan la panza. Comenzando, claro, por los protagonistas principales: los repollitos de Bruselas.
Éstos también son conocidos como “coles” y guardan varias similitudes con el brócoli, el coliflor, el repollo o el rabanito. En este caso, la receta incluye que los repollitos de Bruselas salgan gratinados y queden perfecto.
Bien condimentados y con el distintivo que le da el queso derretido, la sensación de sabor amargo que pueden tener los repollitos desaparecerá y dará lugar a una preparación que, además, es sencilla de hacer.
Los repollitos de Bruselas (cuyo descubrimiento fue en Bélgica, de ahí que su nombre rinda honor a la capital belga, aunque también se los encontró en el norte francés) tienen una gran virtud respecto a la cocina: se pueden conseguir fácilmente durante todo el año, a pesar de que su temporada natural es entre el otoño y el invierno.
Si bien hay varios modos de cocinarlos, hacerlo al vapor es la más recomendable en cuanto a la mejor conservación de nutrientes. Sin embargo, hechos de otras maneras, como asados, al horno, hervidos, rehogados con ajo, cebolla y demás hierbas que le den aromas, también salen muy bien.
Cómo hacer los repollitos de Bruselas gratinados: ingredientes para tres porciones
- 400 gramos de repollitos de Bruselas
- Un chorrito de aceite de oliva
- Una cucharada de curry
- Tres cucharadas grandes de harina
- 50 gramos de manteca
- Tomillo a gusto
- Un limón para rallar
- Una taza de crema de leche
- Una cucharadita con ajo y cebolla deshidratada
- 200 gramos de queso rallado
- Sal y pimienta a gusto
- Un poco de nuez moscada (a gusto)
Cómo hacer los repollitos de Bruselas gratinados: modo de preparación
- Quitar las hojas amarillas que puedan traer los repollitos de Bruselas desde la verdulería y cortar la base. En el caso de que los tamaños de los repollitos sean más grandes de lo normal, lo recomendable es cortar cada unidad al medio.
- Cocinar al vapor durante entre cinco y ocho minutos y luego reservar.
- Mientras, preparar la salsa blanca. Para hacerlo hay que poner una cucharada de manteca y tres de aceite de oliva en una olla pequeña y sumar las tres cucharadas grandes de harina.
- Condimentar con la pimienta, el curry, el tomillo, la nuez moscada, la ralladura de limón y darle un toque distintivo con una cucharadita de ajo y cebolla deshidratada.
- Finalmente, agregar el queso rallado y mezclar.
- Tomar los repollitos que estaban reservados y ya cocidos. Ponerles un poco de sal, agregarlos a la salsa y volver a mezclar.
- Una vez que la mezcla tiene un visible buen efecto, tomar tres cazuelas o cualquier recipiente que pueda ir en el horno -depende mucho de dónde vayan a ser servidos luego las porciones- y volver a echarles encima más queso rallado, además de un toque de aceite de oliva y otro toque de ralladura de limón.
- Meter en el horno, ya precalentado con una temperatura de entre 180 y 200 grados, y dejar gratinar durante un cuarto de hora. No hace falta más: el horno es solo a los efectos del gratinado y no tiene que ver con la cocción de los repollitos, que ya el primer paso y al vapor.
- Y luego servir. Cabe destacar que es un plato que es más rico si se lo come caliente.
¿Cómo saber qué comprar cuando se buscan repollitos de Bruselas? Es simple. Estás los que son considerados como “variante estándar”, que suelen tener un tamaño más grande que otros repollitos, además de un mejor sabor cuando llegue el momento de cocinarlo.
Y la otra gama se la conoce como “variante híbrida”. Crecer de manera más pareja y uniforme, con una forma ovalada. Su diámetro está entre los dos y los cinco centímetros.
