Cuáles son los 3 trucos de limpieza que dejarán tu horno eléctrico como nuevo

Mantener todos los ambientes de la casa en condiciones es crucial para cuidar a los integrantes de posibles enfermedades, incluyendo superficies y electrodomésticos. En el caso de la cocina, hay que prestarle especial atención a todos los elementos en el sector ya que están en constante contacto con la comida.

El horno eléctrico es un aparato muy práctico que se puede encontrar en millones de casas argentinas, ya que cumple la misma función que el horno tradicional pero sin consumir gas y ocupando mucho menos espacio. Este también se puede ensuciar por dentro con la grasa y las partes quemadas de la comida, y su limpieza puede parecer compleja. Estos tres métodos pueden darte una mano.

Los 3 trucos para limpiar el horno eléctrico

Estos trucos caseros con elementos clásicos te van a ayudar a limpiar tu hornito eléctrico por dentro.

1. Limón

Es de conocimiento general que el limón posee propiedades antisépticas. Sin embargo, lo que no todos saben es que también es muy eficaz para limpiar el horno. Si bien podés mezclarlo con agua en un pulverizador, existe otra forma efectiva de utilizarlo. Cortá entre dos y tres limones en rodajas, colocalos en un recipiente y metelos en el horno. Mantenelo a una temperatura de 200º C durante 20 a 25 minutos. Luego, retiralos y, con una esponja, eliminá la grasa. Finalizá la limpieza con un paño seco.

2. Bicarbonato

El bicarbonato de sodio es un aliado indispensable para la limpieza del hogar, y en este caso, no es la excepción. Mezclá dos cucharadas de bicarbonato de sodio con agua en un pulverizador y aplicalo en todo el interior del horno. Dejalo actuar durante toda una tarde. Luego, remové la grasa con una esponja. Para finalizar, limpiá con un paño húmedo y, posteriormente, con uno seco.

3. Sal

Aunque la sal se usa comúnmente para condimentar la comida y su consumo en exceso no es recomendable, una buena cantidad de cloruro de sodio es útil para desinfectar ciertos elementos de la cocina. Podes mezclar 250 gramos de sal con 500 mililitros de agua en un recipiente. Con un paño, limpiá las paredes del horno y dejá que la mezcla actúe durante 20 o 30 minutos. Para terminar, enjuagá con una esponja húmeda y luego secá con un trapo.