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Vivían en el Camping Municipal

Familia acampa frente a Casa de Gobierno: "Esto ya es abandono de persona"

Los Varela llevan seis meses sin vivienda, reclamando al IPV, donde están inscriptos desde hace cinco años. Tras permanecer en precarias condiciones en el espacio de la comuna capitalina en La Quebrada, cansados de no ser visibilizados, ahora apuran una respuesta directa del Gobernador de la provincia.

Foto Mauricio Espinoza / La Unión
Foto Mauricio Espinoza / La Unión

03 Julio de 2024 13.07

Los meses pasan y las soluciones no llegan. Reclamaron en el IPV y la respuesta siempre fue la misma, no hay nada que les ofrezcan a ellos para que puedan solucionar su precaria situación. En realidad, la última vez que José, el padre de familia fue al organismo que dirige Fidel Sáenz, no hubo consideración y menos aún compasión por su delicado caso. Ya en abril, luego de llevar cuatro meses viviendo en el Camping Municipal le habían señalado sin muchas vueltas: "que no había novedades y que tenía que esperar un llamado, y que si esto no ocurría, que no vuelve más” 

Desde ese día, ya suman seis meses viviendo directamente a la deriva y casi sin esperanzas de que un organismo del estado provincial solucione su grave inconveniente habitacional. El caso de la familia Varela no es nuevo. Sin una casa y sin otra opción, en el verano se instalaron en el Camping y allí, en una carpa y con casi nada de comodidades sobreviven José, Ana, su eposa, los mellizos de tres años y su hija de veinte años con parálisis cerebral. Todos enfrentan desde hace bastante, agresiones, intentos de desalojo de parte de la Municipalidad de la Capital, lluvias, enfermedades y ahora el frío intenso del invierno. 

Por eso y ya cansados de no ser vistos y ni tenidos en cuenta por nadie, la familia Varela pretendió instalarse con lo poco que tiene frente a Casa de Gobierno, a la espera que el Gobernador de la provincia genere una respuesta que le dé una nueva oportunidad. Mientras, José insiste que tiene capacidad de pago y que, si el IPV le proporciona una casa, ellos pueden afrontar el pago de la cuota. Él es becado de la comuna capitalina y trabaja en bacheo, por eso dice tener ingresos. Lleva bajo esta condición laboral 13 años, periodo en el que nunca pudo ingresar a Planta Permanente. 

José, en diálogo con La Unión comentó que, tras instalarse este martes, sí fue atendido por el secretario del ministro de Gobierno, adelantándole en ese momento, que se iba a tratar de dar una solución para este miércoles, Lamentablemente “pasado el mediodía de este miércoles, no ha pasado nada. Nadie ha vuelto para darnos una respuesta”. A esto se suma, que los efectivos lo desalojaron, con la amenaza de llamar a Minoridad y sacarles a los menores. No obstante, eso, ellos resisten y se mantienen en el lugar. 

Ante esto, el padre de familia refirió que la decisión es firme y que no se van a mover del lugar, hasta que les den una solución. Mientras, el adelantó: “Si a mi familia le pasa algo o se llegan a enfermar, el único responsable aquí va a ser el Gobierno provincial, porque esto que vivimos, ya es abandono de persona”. 

Dura realidad 

Es por eso que el cuadro de situación sigue siendo el mismo que lo llevó a tomar la decisión de instalarse en el Camping, tras no renovarse en el lugar que estaban, el alquiler. Prácticamente desde comienzo de año no han encontrado un lugar que los reciba y las respuestas oficiales han sido nulas. 

“Yo preferí darle de comer a los chicos, con la plata que me ingresa, antes que pagar un alquiler. Lo que nos pedían en otros lugares, era mucho y hasta ponían reparos por la cantidad de niños, aunque son solo tres. Fue ahí que decidimos lo del Camping Municipal con mi esposa y estamos ahí desde febrero”, contó resumiendo la historia de los últimos meses. 

Durante este tiempo, en el que una sola vez el Ministerio de Desarrollo Social se hizo presente con tres bolsones que no contenían leche ni aceite, ellos viven de la buena voluntad de la comunidad. Esto, porque fueron vecinos y otras familias solidarias las que le proporcionaron la carpa y hasta un colchón, para que los menores pudieran dormir con algo de comodidad.  José, mientras aguarda que otros tengan sensibilidad, contó que “un vecino de El Calvario, me hizo un techo con unos nylon, como si fuera un gazebo y agradezco a ellos y a todos, porque sin esa ayuda, durante las lluvias se nos hubieran mojados todas las pocas cosas que tenemos”. 

Mientras, el tiempo sigue pasando y aunque está anotado en el IPV hace cinco años, la solución habitacional tan esperada, sigue sin llegar. En marzo, para mayores datos, José apuntó que la última comunicación de este organismo fue ellos estaban en la lista de “prioridad” y que debían esperar “la solución que ya iba a llegar”.