En invierno, las temperaturas son más bajas y hay menos luz solar, lo que reduce la velocidad de evaporación del agua en la ropa. Por eso, secarlas lleva más tiempo. Por si fuera poco, la humedad puede provocar que las prendas no parezcan del todo secas y adquieran un olor un tanto desagradable incluso después de un período prolongado de tendido.

Dirigir aire caliente sobre la ropa

Además, el ventilador se puede combinar con otro artículo clásico: si se coloca encima de un radiador, el aire caliente se dirigirá hacia la ropa. En el apartado de comentarios, algunos internautas han contado sus propios. “Un deshumificador es mejor, y es un salvavidas para secar la ropa en interiores”, indicaba un usuario.

Otra opción útil es centrifugar la ropa en la lavadora durante más tiempo para eliminar el exceso de agua. Muchas lavadoras tienen programas de lavado que incluyen un centrifugado final durante unos 10 minutos.  Y, si el secado de una prenda es muy urgente por algún motivo, siempre se puede recurrir a la clásica solución del secador de pelo.