Los churros son un clásico de la repostería española, conocidos y disfrutados en todo el mundo por su irresistible combinación de crujiente exterior y tierno interior. Estos deliciosos bastones de masa frita se suelen servir cubiertos de azúcar y canela.  Los churros tienen una larga tradición en la gastronomía, siendo un alimento básico en ferias, mercados y cafeterías. Originarios de España, han conquistado paladares en América Latina y más allá, adaptándose a diversas culturas y costumbres culinarias.

El proceso para hacer churros es relativamente sencillo, lo que los convierte en una excelente opción para preparar en casa. La masa básica se compone de ingredientes simples como agua, harina, azúcar, sal y mantequilla, a los que se añade un toque de vainilla y huevo para enriquecer la textura. Después de formar la masa, se fríen en aceite caliente hasta alcanzar un dorado perfecto. El paso final es cubrirlos generosamente con una mezcla de azúcar y canela, que les aporta ese sabor característico.

Ya sea como un desayuno indulgente, un postre después de la cena o una merienda para acompañar una tarde de café, los churros siempre son bien recibidos y ofrecen un toque de dulzura y tradición que encanta a todos. ¡Vamos a la receta!

Ingredientes

Para la masa: 1 taza (240 ml) de agua, 2 1/2 cucharadas (30 g) de azúcar granulada, 1/2 cucharadita (3 g) de sal, 2 cucharadas (30 g) de mantequilla sin sal, 1 taza (120 g) de harina de trigo todo uso, 1 huevo grande, 1/2 cucharadita (2.5 ml) de extracto de vainilla.

Para freír: aceite vegetal (suficiente para llenar una sartén o una freidora con aproximadamente 5 cm de profundidad).

Para la cobertura: 1/2 taza (100 g) de azúcar granulada, 1 cucharada (8 g) de canela en polvo.

Procedimiento

Prepara la masa

1. En una cacerola mediana, añade el agua, el azúcar, la sal y la mantequilla. Lleva la mezcla a ebullición a fuego medio-alto, removiendo ocasionalmente para asegurarte de que el azúcar y la sal se disuelvan completamente.
2. Una vez que la mezcla esté hirviendo, reduce el fuego a medio-bajo y agrega la harina de golpe. Remueve vigorosamente con una cuchara de madera o una espátula hasta que la masa se despegue de los lados de la cacerola y forme una bola. Esto debería tomar aproximadamente 1-2 minutos.
3. Retira la cacerola del fuego y deja que la masa se enfríe durante unos 5 minutos. Luego, añade el huevo y el extracto de vainilla. Es posible que la mezcla se vea cortada al principio, pero sigue batiendo hasta que el huevo esté completamente incorporado y la masa sea homogénea y suave.

Forma y fríe los churros

1. Llena una sartén grande o una freidora con aceite vegetal, asegurándote de que haya al menos 5 cm de profundidad. Calienta el aceite a 175-180°C (350-360°F). Puedes usar un termómetro de cocina para monitorear la temperatura.
2. Coloca la masa en una manga pastelera equipada con una boquilla de estrella grande. Para formar los churros, presiona la manga sobre el aceite caliente, cortando la masa con tijeras de cocina a la longitud deseada (generalmente de 10-15 cm).
3. Fríe los churros en pequeñas tandas para evitar que el aceite se enfríe demasiado. Cocina cada churro durante unos 2-3 minutos por cada lado, o hasta que estén dorados y crujientes. Usa una espumadera para girarlos y sacarlos del aceite. Coloca los churros fritos sobre una bandeja forrada con papel absorbente para eliminar el exceso de aceite.
4. En un tazón mezcla el azúcar granulada y la canela.

Sirve los churros calientes en un plato grande o una bandeja. Espolvorea con la mezcla del azúcar granulada y la canela .

Los churros son mejores cuando se comen frescos y calientes ¡Y a disfrutar!